“Debemos reconocer la dignidad de la condición humana y de todo el ecosistema de experiencias vitales de las personas. Eso incluye la función que tienen las condiciones económicas en su bienestar y en su capacidad de prosperar y contribuir a la prosperidad de su comunidad.”
Vista aérea de las calles de Santurce, Puerto Rico.
Foto por: Steve Osemwenkhae
Un motor económico clave pero poco reconocido: la salud conductual
por Suzanne Cummings
En abril pasado, publicamos sobre una asociación poco probable entre la Reserva Federal de Nueva York y SAMHSA para abordar problemas de salud conductual y su impacto en los resultados económicos en Puerto Rico. Durante décadas, el territorio más grande de los Estados Unidos ha luchado contra altas tasas de pobreza, costos de vida inflados, emigración de la fuerza laboral, desastres naturales y epidemias de drogas y enfermedades. Estas tensiones han cobrado un alto precio en la salud pública y la capacidad de prosperar de sus residentes.
Nos complace ofrecer esta adaptación de nuestra publicación original, una transcripción completa y una narración en audio, en español. Nuestro objetivo es invitar a las poblaciones hispanas de Puerto Rico y de todo el país a unirse a esta importante conversación.
Los problemas de salud mental y adicción tienen un impacto significativo en la capacidad de las personas y las comunidades para prosperar y contribuir tanto a su propio bienestar como a su economía local. Esperamos que esta traducción informe a una audiencia más amplia cómo entidades dispares pueden colaborar para mejorar las condiciones económicas y de salud conductual inherentemente ligadas en nuestras comunidades diversas y vibrantes.
¿Quién no conoce a alguien con una enfermedad crónica como el cáncer, la diabetes o la cardiopatía? En los Estados Unidos hoy, cerca de 60% de los estadounidenses padece una de estas enfermedades, y cuatro de cada diez adultos padece de dos o más. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, estas y otras enfermedades crónicas son las principales causas de muerte e incapacidad en los Estados Unidos, y las generadoras más importantes de los costos del cuidado de la salud. También pueden afectar profundamente la productividad y capacidad de crecimiento de los Estados Unidos.
De lo que no hemos escuchado hablar muy a menudo en el discurso cotidiano es de la conexión intrínseca entre la salud física y la conductual. La encuesta anual de SAMHSA, (la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias) muestra que cada año, uno de cada cinco adultos en los Estados Unidos padece un trastorno mental. Los efectos de las enfermedades mentales y del abuso de sustancias se filtran desde los individuos afectados hacia toda la comunidad.
“Debemos reconocer la dignidad de la condición humana y de todo el ecosistema de experiencias vitales de las personas”, afirmó Dennis Romero, el Director Regional de la Región 2 de SAMHSA. “Eso incluye la función que tienen las condiciones económicas en su bienestar y en su capacidad de prosperar y contribuir a la prosperidad de su comunidad”.
La región de SAMHSA de Romero incluye a Puerto Rico, donde esta conexión entre la salud mental y el bienestar económico no podría ser más evidente. Las comunidades de la isla que enfrentan las tensiones emocionales y las presiones económicas resultado de los desastres naturales, la pobreza, la pandemia de COVID-19 y numerosas epidemias de drogas necesitan alivio y apoyo.
Techos dañados por el huracán en Puerto Rico.
Foto por: Javier Silva
Entidades dispares hacen causa común
A principios de 2023, Tony Davis y Javier Silva, del equipo de Desarrollo Comunitario del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, se sentaron a conversar sobre las preocupantes condiciones de la isla. Puerto Rico, el territorio más grande de los Estados Unidos, pertenece al distrito regional de Nueva York de la Fed.
Davis y Silva consideraron cómo la Fed de Nueva York podía contribuir a los esfuerzos de desarrollo económico de las comunidades de Puerto Rico. ¿Qué medidas concretas podían tomar para trabajar hacia la esperanza de recuperación, estabilización e, incluso, crecimiento? La respuesta estaba en una colaboración con la agencia nacional que supervisa los asuntos relacionados con la salud conductual: SAMHSA.
Cuando Davis y Silva propusieron colaborar con Romero y SAMHSA para fortalecer y conectar los servicios de salud mental y abuso de sustancias en la isla, hablaron sobre las repercusiones económicas positivas que su colaboración podía suscitar. Para Romero, la idea era obvia. “He aquí esta entidad, que se conoce por regular a los bancos y establecer la política económica, mostrando interés en las mismas metas de SAMHSA y comprometiéndose a ayudarnos a alcanzarlas”, dijo Romero.
Fortalecer los sistemas de salud conductual es una forma de invertir en el capital humano para construir una fuerza laboral estable y capaz. Esta colaboración entre SAMHSA y la Fed de Nueva York, por ende, apoya una estrategia inclusiva de crecimiento para mejorar la salud y la productividad de los residentes, lo que puede conducir localmente a salarios y niveles de vida más altos.
El gran hastío
Los resultados de la encuesta de SAMHSA revelan la prevalencia de problemas de salud mental y abuso de sustancias en todos los Estados Unidos. La evidencia también muestra que estas enfermedades se tornaron todavía más graves al intensificarse por los efectos del COVID-19.
No obstante, un resultado positivo de la pandemia ha sido más conciencia de los trastornos de salud mental y abuso de sustancias y su creciente validez como problemas de salud. Hoy, una cantidad mayor de personas reconoce que estos trastornos merecen atención, comprensión, apoyo coordinado y tratamiento.
También hay una mayor conciencia de cómo la salud conductual incide significativamente en la productividad, el bienestar y el potencial de nuestras comunidades. En Puerto Rico, donde los desafíos que producen estrés han sido particularmente implacables, la incidencia de enfermedades mentales y de abuso de sustancias ha alcanzado proporciones críticas.
Con un diámetro de solo 100 por 35 millas, Puerto Rico hace mucho que viene enfrentando más de lo que le corresponde en términos de desafíos, entre ellos:
- índices de pobreza persistentemente altos, en especial entre los niños;
- una industria interna limitada y la emigración de la fuerza laboral educada;
- un costo de vida más alto en comparación con ciudades del continente (hace poco San Juan quedó en noveno lugar entre los sitios más caros para vivir en los Estados Unidos);
- una infraestructura pública vieja y mal mantenida;
- numerosas epidemias de drogas (Xylazine, opioides, heroína, fentanilo); y
- desastres naturales recientes (huracanes y terremotos).
Con el paso del tiempo, la confluencia de estos desafíos y sus efectos han creado condiciones marcadamente desfavorables para que esta hermosa isla alcance su potencial económico pleno.
Reunir fuerzas y partes interesadas para atender los problemas de salud conductual
SAMHSA y la Fed de Nueva York trabajan para aumentar el conocimiento acerca de la salud mental y el abuso de sustancias en Puerto Rico, mejorar los servicios y establecer colaboraciones con otras partes interesadas en la isla. El pasado otoño, el Fideicomiso de Salud Pública de Puerto Rico (el Fideicomiso) fue el anfitrión de una conferencia a la que asistieron 500 personas para hablar sobre los problemas más apremiantes y las prácticas más prometedoras en el campo de la salud pública.
“Fue una oportunidad maravillosa para destacar que la salud conductual es esencial para la salud pública”, afirmó Romero. “El Fideicomiso, al incluir la salud conductual como uno de los pilares de su misión, destaca la importancia del papel que esta desempeña en el bienestar general de la sociedad”.
Silva trajo a colación un punto clave del mensaje del expresidente de Costa Rica, Carlos Quesada, quien ofreció el discurso principal. Quesada comentó que su país se había enfocado en dar prioridad a la salud de sus ciudadanos. Silva explicó que Costa Rica ha podido implementar un sistema para mejorar la salud pública porque su Gobierno considera que una población saludable es un aspecto clave del desarrollo económico. “Estas inversiones en políticas orientadas a la salud han tenido un impacto”.
“Nosotros, el equipo de Desarrollo Comunitario de la Fed de Nueva York, tenemos especial interés en cómo la salud mental afecta los resultados económicos.”
– Javier Silva, director asociado senior, Participación Comunitaria, Banco de la Reserva Federal de Nueva York
“Nosotros, el equipo de Desarrollo Comunitario de la Fed de Nueva York, tenemos especial interés en cómo la salud mental afecta los resultados económicos”, añadió Silva. “Emplear enfoques similares a los que usó Costa Rica podría producir cambios beneficiosos y sustanciales en la forma en que Puerto Rico y el resto de los Estados Unidos atienden los problemas de salud conductual”.
Las calles del Viejo San Juan. San Juan, Puerto Rico.
Foto por: Steve Osemwenkhae
El progreso en las estrategias de salud conductual de Puerto Rico
Un esfuerzo innovador al que contribuyen tanto el equipo de la Fed de Nueva York como el de SAMHSA es levantar un mapa de todos los servicios de salud mental y abuso de sustancias que se ofrecen en Puerto Rico. “Crear una herramienta impresa y también digital —similar a un mapa de tren subterráneo— es una de las metas del Fideicomiso”, afirmó Silva.
“Si te sientes estresado o sufres algún tipo de recaída, puedes referirte a este mapa para encontrar los recursos que tienes cerca, en cualquier parte de la isla”, explicó. “El mapa sería de utilidad a los profesionales así como a los pacientes, y los recursos pueden ser actualizados continuamente en línea”.
Silva describió que la Fed de Nueva York conectó al Fideicomiso con el ecosistema local de pequeñas empresas, el cual usa una herramienta parecida creada por Colmena66. “El mapa, llamado Tu Camino Empresarial, conecta a los empresarios con los recursos que necesitan, ya sean financieros, de mercadeo, ventas, etc.”, afirmó. “Al aplicar ese concepto a la salud mental, aprovechamos una herramienta existente en otro campo y la adaptamos a este sector”.
La idea surgió de estudios anteriores de los recursos de salud conductual realizados en la isla por la agencia de Romero después de los huracanes. “Se trata de un gran ejemplo de la colaboración entre SAMHSA y la Fed de Nueva York”, dijo Silva.
Otra colaboración local entre SAMHSA y el Hospital Menonita de Puerto Rico surgió de la conferencia llevada a cabo el otoño pasado. “En la actualidad, el hospital es uno de los tres beneficiarios de grandes subvenciones de SAMHSA y CCBHC“, señaló Romero. “Los beneficiarios de estas subvenciones nos ayudan a poner a prueba la versión más reciente de un modelo integrado de atención primaria y cuidado de la salud conductual”. Al vincular estos servicios de salud —con un enfoque integral de la persona— se espera demostrar los beneficios potenciales de una “atención continuada” al bienestar general de los residentes y, en última instancia, a la capacidad de los residentes de contribuir a la prosperidad económica local.
El camino hacia adelante no implica reinventar la rueda
Siete años después de los huracanes Irma y María, todavía Puerto Rico se está recuperando de la devastación. Al volar sobre la isla hoy, todavía se ven los toldos azules que cubren los techos en muchos lugares. Romero reconoce que todavía existe mucho trauma.
“La resiliencia es una gran cualidad, pero los puertorriqueños, lamentablemente, la conocen demasiado bien. La verdad es que están exhaustos de ser resilientes. Necesitarán apoyo coordinado de muchos sectores distintos que les ayuden a enfrentar problemas que están interconectados.”
– Dennis Romero, director regional, Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias de EE. UU. (SAMHSA) Región 2
“La resiliencia es una gran cualidad, pero los puertorriqueños, lamentablemente, la conocen demasiado bien”, sostuvo. “La verdad es que están exhaustos de ser resilientes. Necesitarán apoyo coordinado de muchos sectores distintos que les ayuden a enfrentar problemas que están interconectados”.
Los equipos de la Fed de Nueva York y SAMHSA continúan explorando las intersecciones entre la salud conductual y la economía en sus respectivas labores de desarrollo comunitario. Cuando observamos comunidades económicamente prósperas, señalan, con frecuencia vemos que también son prósperas desde el punto de vista de la salud pública. Ellos esperan que elevar esta conversación conduzca a nuevas colaboraciones, un mejor uso de las estrategias ya probadas, y más participación y apoyo de diversos sectores.
Romero señaló, por ejemplo, que la Cámara de Comercio de Puerto Rico incluyó la salud conductual en su conversación por primera vez el año pasado. Él hizo una presentación ante ese público y la considera un hito en sus esfuerzos por arrojar luz a la conexión entre la economía, y la salud mental y la adicción.
La sociedad no tiene que reinventar la rueda para encontrar el camino hacia adelante. Existen oportunidades para compartir, adaptar y expandir lo que ya funciona. Se trata de un enfoque que reconoce y aprovecha las conexiones entre distintos aspectos del bienestar humano y vincula entidades en campos distintos, aunque relacionados.
Extraer datos que fundamenten las soluciones
Para encontrar soluciones eficaces, las partes interesadas también necesitan datos precisos acerca de las raíces y el alcance de estos problemas. Más datos locales serían especialmente valiosos.
Según se mencionó antes, cada año SAMHSA realiza una encuesta nacional detallada en torno a los indicadores de abuso de sustancias y de salud mental. No obstante, los territorios de los Estados Unidos actualmente no están representados en esas cifras, de manera que solo pueden depender del recogido de datos locales. Esto es algo que SAMHSA intenta activamente cambiar.
Silva está de acuerdo. “Ese tipo de datos es vital. Se pierde una oportunidad inmensa al no incluir a los territorios en bases de datos nacionales robustos”, afirmó.
Con respecto al aspecto económico, Silva señaló que el empleo en la isla está comenzando a mejorar, y que los dólares de FEMA también ofrecen un potencial de crecimiento. “Los fondos para la reconstrucción después de los huracanes crearán muchos empleos durante los próximos 10 años, tal como estamos comenzando a ver en las estadísticas”, agregó. “Pero el dinero federal para la recuperación ha tardado en llegar al suelo. De la asignación de más de $85,000 millones, solo se han desembolsado alrededor de $32,000 millones”.
“Eso afecta el estrés de los residentes en torno a lo que está tardando la reconstrucción”, añadió Silva. “Cuando sabe que habrá más desastres naturales, la gente desarrolla eco-ansiedad. Obtener el dinero más rápidamente para atender necesidades apremiantes es importante para sanar las heridas emocionales y económicas de estos eventos”.
Fábrica de refrescos Polo Norte ubicada en el Viejo San Juan, Puerto Rico.
Foto por: Steve Osemwenkhae
La conversación y colaboración continua beneficiará las condiciones económicas y de salud conductual
La Fed de Nueva York sostiene un diálogo continuo con el Cirujano General de los Estados Unidos, Vivek Murthy, en torno a los problemas de salud mental. Murthy visitó Puerto Rico hace poco y se reunió con el Fideicomiso y otras partes interesadas, prestando mucha atención a la importancia del bienestar conductual. Romero también planifica celebrar esta primavera la primera reunión de la comunidad de prevención y reducción de daños de Puerto Rico.
SAMHSA y la Fed de Nueva York continúan creando conciencia sobre los problemas de salud mental y adicción como condiciones crónicas de salud que requieren atención pública y una intervención coordinada. Las consecuencias de la inacción son devastadoras para la gran cantidad de individuos que sufre de estos trastornos, que son tratables. No atender adecuadamente las necesidades de la gente también puede contribuir a dañinos efectos económicos en cadena para las comunidades, territorios, estados, regiones y la nación. Se trata de una causa sobradamente meritoria para que dos entidades disímiles —y, ojalá, muchas más— trabajen juntas para fortalecer y conectar los sistemas que rodean la salud conductual.
Las opiniones expresadas aquí son las del autor y los entrevistados y no reflejan necesariamente las opiniones de los Bancos de la Reserva Federal de Boston y Nueva York, el Sistema de la Reserva Federal o las Comunidades de la Reserva Federal.
Escrito por
Suzanne Cummings es la gerente de Desarrollo Comunitario Comunicaciones y Divulgación en el departamento de Divulgación Comunitaria y Regional del Banco de la Reserva Federal de Boston.